Tapeo con fundamento
Restaurante Flor de Sal
Carrer Salvador Cortadella, 2, 08292 Esparreguera, Barcelona
Valoración:3.5/5
Puntos fuertes:Tapeo de calidad con buenos precios/Buena oferta de pizzas artesanas/
Carta interesante
Puntos débiles: Servicio con prisas/Comedor central muy recargado
En la localidad de Esparreguera yo era un habitual del restaurante SPARAGARIA tapes i vins (tenía otra zona que era para comer de carta). Lamentablemente lo han cerrado y según me comentó el gerente del FLOR DE SAL (también propietario del SPARAGARIA), sólo lo abren para celebración de bodas y otro tipo de banquetes y ya centran toda su oferta gastronómica en el FLOR DE SAL.
Se trata de un restaurante de cocina creativa mediterránea y de mercado. La oferta de tapas y platillos es abundante y concentra casi el 40% de la carta. La carta no es muy extensa en cuanto a entrantes y segundos platos, pero tiene de todo y platos bastante originales, resulta más económico tapear (precios que rondan los 4-8 euros y raciones generosas) que comer de carta (35-45 euros).
Tienen menú de mediodía por 13 euros (a mí me pareció demasiado simple en esta ocasión) y otro menú tipo ejecutivo por 25 euros que incluye pica-pica, pero acaba resultando demasiado caro al no incluir la bebida ni el IVA.
Como el menú del día no me acabó de convencer y ya conocía las buenas tapas que hacían en el Sparagaria, decidí comer de tapeo:
Para amenizar la espera empezamos con unas patatas chips y aceitunas aliñadas, buen detalle:
TEMPURA DE BOTIFARRÓ CON TERIYAKI. La mejor tapa, original y bien hecha la tempura. Bastante consistente:
SURTIDO DE CROQUETAS CASERAS. Estaban muy buenas, eran de jamón y bacalao.
BIKINIS TRUFADOS DE JAMÓN IBÉRICO CON QUESO IDIAZÁBAL. Tapa sencilla, pero sabrosa porque el jamón era de calidad y el toque del queso aún ayudaba más.
De postre, ESPONJOSO DE CASTAÑAS CON HELADO DE MARRÓN GLACÉ. El esponjoso era como una especia de madalena con muy buena textura, el postre en conjunto era excelente.
La comida resultó buena en cuanto a su contenido, pero también debo destacar algunas cosas no tan positivas. El servicio suficientemente atento, pero con muchas prisas y descoordinado ante el alud de clientes que había en el comedor, tiempos de espera bastante largos para retirada de platos o servicio de otros. El restaurante tiene 2 comedores que son muy diferentes entre sí, uno con las mesas muy espaciadas entre sí y con buena iluminación y un ambiente más relajado, el que me tocó a mí es un comedor saturado de mesas (sólo con un par de mesas menos sería totalmente diferente) y con sensación de agobio; la iluminación muy tenue tampoco ayudaba. Hay que tener más ojo cuando eliges la mesa.
Por lo demás, un buen sitio para tapear y con una carta que no tiene mala pinta para probar en una futura visita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario