QUATRE VENTS 3.0 (HOSTALRIC, GIRONA)

Quatre Vents 3.0, 1 de Mayo 2015

No está mal, pero.....esperaba más

Restaurant 4 Vents 3.0

Av. Coronel Estrada, 122

17450 Hostalric (Girona)

Tf. 972 86 5690

www.restaurantquatrevents.com

Valoración: 3.7/5

Puntos fuertes: Comedor acogedor y bien decorado/Servicio atento/Buenos postres/Excelentes croquetas y patatas bravas

Puntos débiles: Carta con imaginación pero demasiado corta/Raciones muy pequeñas para según que tapas con precios altos

Valoración Tripadvsisor:4.5/5 (59 opiniones), Quatre Vents 3.0 Tripadvisor.

 

Vaya por delante, que opino que se trata de un buen restaurante y aconsejo visitarlo por lo menos una vez en la vida. Dicho esto, personalmente quizá me había creado unas expectativas demasiado altas; después de revisar la web del restaurante y ver algunas fotos de los platos que preparan. 

Restaurante situado en la pequeña localidad de Hostalric (Girona), municipio de 4000 habitantes con interesantes  monumentos y edificios de la origen medieval que merecen la pena ser visitados. Está cerca del casco histórico de la ciudad y no es difícil aparcar en las calles colindantes al restaurante. Decoración moderna con una amplia cocina a la vista y mesas con buena distribución/separación. Tiene una terraza bien montada y muy apetecible para el verano. 

Restaurante de tapas y platillos. La carta tiene platos bastante originales, pero se me antoja un pelín corta para este tipo de oferta. Los precios de carta pueden parecer normales, pero nos encontramos con varios casos de raciones verdaderamente minúsculas en relación al precio pagado. Lo digo concretamente por platos como los langostinos crujientes con mayonesa de gambas (8 euros por 4 unidades minúsculas), canelón de calabacín-mozzarela-crema de espárragos (10 euros por 2 rollitos nuevamente diminutos y un plato de sencilla elaboración) y el milhojas de ternera ecológica y deuxelle de ceps (16,90 euros por un platillo que se sirvió frío y que costó digerir).  :

La carta de postres es original, pero excesivamente corta y con algunos precios demasiado altos:

Del servicio tampoco puedo decir nada malo. Correctos y amables en el trato, pero con alguna espera excesiva por mala coordinación. 

Elegimos varias tapas y platillos a compartir:

De aperitivo nos sirvieron una cucharita con CARACOLES Y TOMATE. Estaban buenos.

NUESTRAS BRAVAS. Patatas con buen corte, bien fritas y con dos buenas salsas a combinar. 

CROQUETAS CREMOSAS. Si no recuerdo mal, eran de pollo asado. Muy buenas y con un rebozado perfecto. 

LANGOSTINOS, CRUJIENTE DE LANGOSTINOS Y MAYONESA DE GAMBAS. El plato estaba realmente delicioso, pero la ración no me pareció correcta para el precio que tenía. 

CANELÓN DE CALABACÍN, MOZARELLA Y CREMA DE ESPÁRRAGOS. A mi gusto resultó ser un plato fallido. El sabor era insulso. La minúscula ración no merece ningún comentario (10 euros costaba el plato y en una localidad como Hostalric). 

HAMBURGUESA COMPLETA DE BUEY CON IDIAZÁBAL. La carne estaba muy buena, el toque de idiazábal apenas se podía percibir. 

MILHOJAS DE TERNERA ECOLÓGICA CON DEUXELLE DE CEPS. Nos equivocamos eligiendo este plato. La carne estaba prepara como una especie de osobuco, en láminas muy finas mezclada con la gelatina de ceps que estaba dura como una roca. Si sirves la carne ya fría y encima con esa gelatina que resultaba un tanto desagradable de textura, el plato era realmente de difícil ingestión. Lo peor de la comida y encima lo más caro. Había otras opciones más recomendables. 

Los postres:

CANUTO DE CREMA CATALANA, GRANIZADO DE CAFÉ Y CROMOTERAPIA DE NARANJA. Delicioso y con un sabor memorable. Cobrando 5 euros sería de agradecer que sirvieran 2 canutillos.

MOUSE DE AGUACATE, ESFÉRICO DE YOGUR, FRUTOS ROJOS Y GANACHE DE MANGO. Un espectacular festival de sabores. Delicioso. 

A estos postres debo añadirle unas PIRULETAS DE CHOCOLATE BLANCO.

El balance global general es positivo, ya que doy buena nota a 6 de los 8 platos degustados. Sobró cierta racanería en las raciones y no me gustó nada el plato de carne que probamos. Vale la pena visitarlo, pero sin fijarse o crearse grandes expectativas o esperar descubrir un diamante en bruto.